Dia 27 y 28 Varanasi ( Beranes) 1ª Parte

QUE VISITAR:

LOS GHATS, ABLUCIONES EN EL GANGES

EL CHOWK (ANTIGUO BARRIO QUE BORDEA LOS GHATS)

CREMACIONES

GOLDEN TEMPLE

DURGA TEMPLE

MEZQUITA DE AURANGZEB

 

Introducción:

¡Bienvenidos al mayor cuarto de baño del mundo! Aquí no encontraréis apenas templos, mausoleos o fortalezas. El emperador Aurangzeb eliminó todos los vestigios del budismo y del hinduismo, e incluso cambió durante un tiempo el nombre de la ciudad por el de Mohamedville… Y, sin embargo, Benarés –Varanasi es para muchos una revelación, una ciudad inspirada, donde podréis descubrir la psicología india y, sobre todo, la influencia de la religión en la mentalidad. Es una ciudad que impresiona, una ciudad de la que nadie sale indiferente. Os encontraréis con un mundo especial, que contiene la esencia de la India. Aquí, el viento de la vida, el de la muerte y el soplo de la espiritualidad se precipitan por las calles, se adhieren a la piel, se insinúan en vuestras vestimentas, se infiltran en vuestro espíritu. No podréis escapar a su fuerza y su poder de atracción.

Algunos pasarán por aquí y perderán el tiempo despotricando contra las vacas sagradas, contra el ruido, contra quienes intentan sacarles el dinero (que se han juntado aquí todos), contra los rickshaws, contra los hoteleros, contra los mendigos, contra… ¡basta! Si no os gusta, marchaos. Pero ¿cómo no apreciar esta vida bulliciosa a orillas del Ganges, todos esos pequeños oficios que constituyen su alegría, cómo no tener ganas de perderse en las callejuelas oscuras y estrechas, de discutir con los videntes, de darse un masaje o, simplemente, de concentrarse en la propia alma contemplativa durante un instante?

El nombre de Varanasi procede del lugar donde confluyen los 2 ríos: al norte, el Varuna, y al sur, el Assi. La palabra Benarés tendría su origen en la deformación inglesa de Varanasi. El primer nombre de la ciudad fue Kashi, procedente del Veda, el primer libro sagrado de los hindúes, que significa <<el lugar que atrae a todo el mundo>>. Nada ha cambiado a orillas del Ganges. Un diálogo incesante entre las pequeñas realidades de este mundo y un sentimiento de eternidad.

 

EL GANGES Y LA CONTAMINACION

El Ganges es el más sagrado de los ríos de la India. Surgió del dedo gordo de Visnú y la ceja de Shiva lo frenó en su impetuoso curso, y lo atrapó en su cabellera antes de permitirle descendedr a la Tierra, para purificar las cenizas de los 60.000 hijos del rey Sagara, quemados por un rayo de cólera del sabio Kapila, etc. Fabulosas leyendas hindúes que encontraréis por algunas rupias en todos los quioscos de las estaciones, ¡y en cómic, si os gustan más!

Durante mucho tiempo, circuló una leyenda en la India que atribuía al Ganges una pureza legendaria. Pero estudios realizados a partir de 1981 por el gobierno indio, revelaron que el Ganges está plagado de bacterias. ¿A qué se debe esta contaminación? A los desechos químicos procedentes de abonos utilizados en los campos, a los vertidos industriales de los grandes centros urbanos, a los cadáveres que se arrojan a sus aguas, que están mal incinerados debido a la penuria de madera que sufre la India, y a todos los excrementos sin tratar. La situación solía ser especialmente catastrófica durante los meses de verano, hasta el punto de algunos afirmaron que le Ganges se convertía entonces en un gran cloaca a cielo abierto. Ante la magnitud del desastre, el gobierno lanzó en 1985 un <<plan de acción par prevenir la contaminación del Ganges>>, que fue testigo de la creación de plantas de tratamiento de las aguas y de la construcción de un verdadero sistema de alcantarillado en las grandes ciudades regadas por este río. Casi 20 años después, la situación general sigue siendo alarmante: malversación de fondos, estaciones depuradoras en mal estado, aseos inutilizados….

En Varanasi, se tuvo la <<gran>> idea de evitar el problema, literalmente, evacuándolo. Las canalizaciones de aguas residuales se desviaron hacia el río Varuna, un afluente del Ganges. Eso no impide que a orillas de los ghats, la concentración de materias fecales se decenas de veces superior al límite permitido… Durante este tiempo, en el curso bajo del río en Benarés, se recogen cada día (tristes) recuerdos… ¡en 1997 se alcanzó la cifra de 300! Una pequeña anécdota: hace algunos años, un ministro de Industria de Francia provocó un incidente diplomático, al decirle al primer ministro indio que el Ganges era impuro. Cuidado con vuestro vocabulario; en la India, decir que el Ganges está sucio es una cosa y decir que sus aguas son impuras es otra…

 

PEQUEÑO APUNTE  RELIGIOSO

Varanasi está dedicado a Shiva. Sus adeptos se reconocen por las líneas blancas horizontales que llevan trazadas en la frente. Los sectarios de Visnú (adorado principalmente bajo el avatar de Krishna) llevan una “U” amarilla entre las cejas, con una línea roja en el centro. Su manera de saludarse entre sí es el famoso “Hare Krishna”. El punto rojo que lleva casi todo el mundo (y sobre todo las mujeres) en mitad de la frente es un simple signo de bendición realizado por el sacerdote. El símbolo de Shiva, guardado en el sanctasanctórum del templo, es el lingam (principio masculino), hundido en una yoni (principio femenini). Reconoceréis un templo dedicado a Shiva gracias a una bandera roja situada en su cumbre. Un estandarte blanco indica otro, de culto a Visnú. Aunque a veces varía.

 

¡OH, MORIR EN VARANASI!

El deseo más preciado de todo hindú es que su alma ascienda al cielo en el momento de sus funerales, por la gracia del fuego. Cada uno espera que Shiva le confiera su fórmula mágica para escapar del ciclo infinito de las reencarnaciones y acceder directamente al estadio supremo, el nirvana. En este sentido, Varanasi se revela como una ciudad de la muerte. El camino que debe efectuar el peregrino describe un arco en círculo de unos 15 Km de radio y debe recorrerse en 6 días, con los pies descalzos. En la religión hindú, el agua adquiere un carácter muy importante (como en muchas otras religiones). En casi todos los templos encontraréis agua: en lagos, estanques, piscinas y, en ocasiones, ríos.

Esta constituye la razón por la cual no resulta extraño encontrar ancianos sentados a orillas del Ganges, esperando la muerte. No hace demasiado tiempo, se traía hasta aquí a los enfermos considerados incurables, para dejarlos morir en pequeñas chozas de rams, construidas en los ríos. ¡Ay de aquellos que sobrevivían! Considerado como un rechazo de los dioses a aceptarlos, este hecho conllevaba su inclusión en el grupo de los descastados. Este deseo de morir muy cerca del Ganges explica también la profusión de palacios más o menos lujosos, erigidos por los maharajás a lo largo del río.

 

 

 

VARANASI Y LAS VACAS

Una razón para amar, o para odiar Varanasi, son las vacas. Incluso antes de ser la ciudad del Ganges, es la ciudad de las vacas. Están por todas partes; en la estación, en los ghats, dormitando en las calles, formando auténticos rebaños que colpasan las calles. En resumen, ser una vaca en Varanasi es un chollo (¡pero cuidado donde ponéis los pies!), e incluso se ha instalado uno de los goshalas más bonitos de la India, una residencia para vacas que evita el sacrificio de los animales improductivos.

 

QUE VISITAR:

De hecho, no hay gran cosa que ver en Benarés, en el sentido habitual: monumentos, museos, templos… El Golden Temple, donde los peregrinos veneran el lingam de Shiva, está vetado a los no hindúes. Las mezquitas sólo están abiertas para las oraciones del viernes, a causa de la intolerancia religiosa que todavía subsiste. En vez de correr “para visitar Benarés en 2 días”, mejor quedaos sentados en los ghats, pasead en barca, tomaos la experiencia con calma. Benarés es como un espectáculo. Aquí, más que en cualquier otro lugar, podréis pasar horas observando la animación de la calle. Y las escenas más bellas de esta representación permanente las encontraréis en la orilla del Ganges, por la mañana temprano y al caer la noche. Para relajar las piernas, adentraos en el bazar en busca de las mil y una cuevas de Alí Babá.

 

EL GANGES Y EL BARRIO DEL CHOWK

 

EL CHOWK

(Plano I, C2 y plano II F4): se trata del antiguo barrio que bordea los ghats. Allí reina una atmósfera sobrecogedora al caer la noche, sobre todo si os encontráis frente a frente, en el recodo de una callejuela, con el cuerpo de un difunto conducido por su familia hacia el lugar de cremación. Este barrio es el único que conocemos donde resulta imposible orientarse sin tener que preguntar por el camino. Además, no dudéis en perderos en el laberinto de las callejuelas, tan estrechas y tortuosas que imposibilitan la circulación de los coches y de los carros: siempre son muy generosas en cuanto a olores y animación. Asimismo, y por un precio muy razonable, podréis pasear con un guía profesional que no tiene por qué ser pesado. Durante el día, el Chowk es uno de los mercados más ricos. Vendedores de juguetes de madera, comerciantes de seda, de especias, tascas… y vacas sagradas. El domingo es el único día en que el Chowk está prácticamente desierto.

 

GOLDEN TEMPLE

(Templo de Vishvanath; plano II, F4): en el corazón del barrio, se trata del templo más sagrado de la ciudad. Data de finales del s. XVIII y es una copia del original, ya que Aurangzegb lo arrasó del todo. Se supone que el templo contien el lingam de Shiva, que fue traído hasta aquí para evitar que fuera destruido por los musulmanes. Celosamente oculto en el cruce más inextricable de las sombrías callejuelas del Chowk, no se ve casi desde ningún sitio y sus fabulosas cúpulas son familiares sólo a los soñadores de las ecinas terrazas. Además, ningún profano está autorizado a entrar. Cerca de la entrada, el extranjro incluso tiene prohibido tocar cualquier cosa (guirnaldas de flores, estatuas…), bajo posible acusación de cometer sacrilegio. Mas vale no bromear con esto, ya que aquí, al igual que en algunos barrios de Mathura o de Ayodhya, son particularmente quisquillosos. Siermpre hay bastante tensión, que sólo parece contenerse a costa de la incesante vigilancia de las fuerzas del orden, en continua alerta. A la entrada de la calle de acceso al templo, tiene lugar un registro obligatorio por parte de militares armados. Están estrictamente prohibidos los aparatos fotográficos, las cámaras y los teléfonos móviles. Para observar el templo más de cerca, es posible entrar en una tienda de sedas, casi frente a la propia entrada del templo. Está en el 2º piso. ¡Se esforzarán por atraeros! (No hay ninguna obligación de comprar nada) Pero, francamente, no veréis gran cosas, aparte de las cúpulas doradas. El recinto sagrado tiene pequeñas ventanas, para que los intocables, que hace algunos años tenían prohibida la entrada, puedan rezar. Alrededor veréis cantidad de garitas, que constituyen otras tantas residencias para los dioses. El  Nepalese Temple, por su parte, posee algunas esculturas eróticas y un campanario de oro. Se encuentra cerca del Mir Ghat.

 

GHATS

Bordean la orilla occidental del Ganges y son la principal atracción de Varanasi. Son los escalones que descienden hasta el río, casi todos se emplean para bañarse, pero también hay algunos ghats crematorios donde se incineran cadáveres. El mejor momento para visitarlos es al alba, cuando el río se impregan de una luz mágica y los peregrinos arriban para celebrar el puja ante el sol naciente.

En total hay unos 100, pero probablemente el Dasaswamedh Ghat sea el mejor punto de partida. Un corto paseo en barco desde éste al Manikarnika Ghat puede ser una interesante toma de contacto con el río. Otra opción, si el nivel del agua lo permite, es caminar de una ghat al siguiente. De este modo el visitante se mezcla con la gente que acude a la orilla no sólo a darse un baño ritual, sin a hacer yoga, a cumplir votos, comprar paan, vender flores, darse un masaje, jugar a cricket, afeitarse o mejorar su karma dando limosna a los mendigos.

La ciudad se extiende desde el Raj Ghat, cerca de la carretera principal y el puente del ferrocarril, hasta el Assi Ghat próximo a la universidad. El Assi es uno de los 5 ghats especiales donde se supone que los peregrinos se bañan en turnos durante la ruta ritual llamada Panchatirthi Yatra. El orden es es siguiente: Assi, Dasaswamedh, Adi Keshava, Panchganga y, por último, Manikarnika.

Gran parte del Tulsi Ghat se ha desmoronado sobre el río. El Bachraj Ghat es jainí, por lo que hay 3 templos jainíes junto a la orilla.

Muchos de los ghats son propiedad de maharajás u otros nobles gobernantes, como el bonito Shivala, propiedad del maharajá de Varanasi. El Dandi Ghat conocido como Dandi Panths, pertenece a los ascetas, y cerca se encuentra el popular Hanuman Ghat.

El Harishchandra o Smashan es un ghat crematorio secundario, además de uno de los más antiguos de la ciudad. Por encima, el concurrido Kedar tiene carácter sagrado para los bengalíes y los indios del sur. La construcción del Mansarowar Ghat corrió a cargo del rajá Man Singh de Amber, que lo bautizó en honor del lago tibetano al pie del monte Kailash, hogar de Shiva en el Himalaya. Del Someswar Ghat o del Señor de la Luna, se dice que tiene la propiedad de curar enfermedades. El Munshi es muy pintoresco, mientras que el de Ahalya Bai toma su nombre de la gobernante marata de Indore.

El nombre del Dasaswamedh Ghat hace referencia al sacrificio (medh) que Brahma hizo de 10 (das) caballos (aswa) en este lugar. Muy céntrico, se trata de uno de los más importantes y concurridos, siendo un buen lugar para relajarse y empaparse del ambiente, a pesar de la insistencia de los quiromantes.Merece la pena fijarse en las estatuas y el santuario de Sitala, diosa de la viruela.

El Man Mandir Ghat del rajá Man Singh se construyó en 1600 pero sufrió una mala restauración en el s. XIX. La esquina norte tiene un bonito balcón de piedra; en 1710 el rajá Jai Singh de Jaipur lo escogió para erigir uno de sus originales observatorios.

 El Meer conduce al templo nepalés, que contiene algunas esculturas eróticas. El ghat crematorio Jalsain comunica prácticamente con el Manikarnika, uno de los más antiguos y sagrados, además del principal ghat crematorio, considerado como uno de los lugares más propicios para ser incinerado por todo hindú. El traslado de los cuerpos corre a cargo de la casta de los intocables conocida como doms, que los transportan por los callejones del casco antiguo hasta el sagrado Ganges en una camilla de bambú cubierta de tela. El cadáver se moja en el río antes de la cremación. En la parte alta del ghat se almacena la leña en grandes montones, y cada tronco se pesa cuidadosamente en unas balanzas enormes para calcular el precio de la incineración. No hay problema para contemplar estos ritos, pero no se permite tomar fotografías –conviene llevar la cámara bien escondida- y hay mostrar una conducta respetuosa.

Por encima de los escalones hay un estanque conocido como pozo Manikarnika, donde se dice que a Parvati se le cayó un pendiente y Shiva cavó un hoyo para recuperarlo, llenándolo de sudor y formando el estanque. El Charanpaduka, una losa de piedra situada entre el pozo y el ghat, atesora la impronta de Vishnu. Las personalidades destacadas se incineran en el Charanpaduka. También hay un templo dedicado a Ganesh en el ghat.

En el templo próximo al Dattatreya Ghat se conservan las huellas del santo brahmán del mismo nombre. El Scindia se construyó en 1830 pero era tan enorme y opulento que se hundió en el río y tuvo que volverse a construir; el maharajá de Jaipur erigió el  Ram Ghat. El Panchganga, tal como indica su nombre, es donde se supone que se encuentran 5 ríos; está dominado por la pequeña mezquita de Aurangzeb, también conocida como mezquita de Alamgir, levantada en el emplazamiento de un gran templo dedicado a Vishnú, construido por el jefe marata Beni Mahdur Rao Scindia. También se la conoce como Gran Mezquita, un cuerpo de guardia armado la protege, puesto que el BJP, el partido en el Gobierno, ha declarado que después de Ayodhya las mezquitas de Varanasi y Mathura son sus próximos objetivos. Está prohibido tomar fotografías en esta zona.

El Gai Ghat presenta una escultura de piedra que representa una vaca; en el Trilochan hay 2 torretas que emergen del río, siendo al agua entre ellas especialmente sagrada. Por último, el Raj Ghat sirvió como muelle para los feries hasta que se completo el puente para el tráfico rodado y el ferrocarril.

 

ABLUCIONES EN EL GANGES

Se trata del espectáculo más fascinante de Benarés. De un extremo a otro de la ciudad, siguiendo la curva del río, unas escaleras de granito forman un inmenso pedestal por donde bajan cada mañana decenas de miles de indios. Los ghats son esos escalones que bordean el río a lo largo de varios kilómetros, antaño dominados por maravillosos palacios. El más céntrico, alrededor del cual se concentra la población y la mayoría de los turistas es el Dasashwamedh ghat (plano II, F5), situado al final de la calle del mismo nombre, que constituye también el eje principal del barrio del Chowk. Tendréis que venir hasta aquí por la mañana temprano (al menos 30 min antes de que salga el sol) para alquilar una barca. También hay barcas disponibles en otros ghatas. Preguntad a varios barqueros para haceros una idea precisa del coste. Algunos no dudan en pedir 10 veces el precio normal. ¡Es obligatorio regatear! Un consejo: enteraos por otros turistas que ya hayan realizado la excursión de cuál es la tarifa media por una hora de paseo. En general, subiréis hasta Manikarnika Ghat, para volver a bajar luego por el río. Evitad la excursión de la oficina de turismo. Es mucho mejor que la hagáis solos y que vayáis donde queráis, a vuestro ritmo y a vuestro gusto. A aquellos que vayan a quedarse varios días en Benarés, les aconsejamos <<recorrer el Ganges>> 2 veces: una por el agua y otra paseando por los escalones. El espectáculo es muy distinto.

Las abluciones se realizan al amanecer, sea cual sea la temperatura (sin embargo, hay más gente cuando hace calor). Los peregrinos deben bañarse en 5 lugares diferentes. El hindú prácticamente tiene que seguir este rito cada mañana: pronunciar el mantra sagrado, sumergirse completamente 3 veces seguidas y beber un sorbo de agua del Ganges con la mano. A continuación, cada cual es libre de lavarse los dientes, de enjabonarse, de nadar, de lavarse la ropa… Una de las cosas más interesantes de ver en ese momento es también la cohorte de turistas en las barcas, fotografiando este gigantesco cuarto de baño. Una prueba más de la tolerancia india. Aquí, todo ocurre tranquilamente y no molestaréis a nadie con vuestra presencia. Esto no impide en modo alguno que debáis mantener una cierta discreción, sobre todo respecto a las fotos. Tras las abluciones, tomaos un tiempo para observar la animación desbordante en los ghats. Bajo grandes parasoles se desarrola toda una vida social, religiosa y comercial. Allí hay masajistas y vendedores de flores. Los barberos siempre querrán afeitaros y gritan “new blade, new blade” a quien quiera escucharles, indicando así que la hoja de la navaja es nueva, para dar confianza al turista ( ¡os lo desaconsejamos del todo!). Veréis también astrólogos, en torno a los cuales se agrupa una población siempre ávida de buenos augurios. En cuanto a los gurús, interpretan los textos sagrados durantes 2 horas. Sin duda, llegaréis a ver también santones haciendo yoga y, más raramente, otros que se mantienen erguidos sobre un pie, como Shiva, que pasó un largo período de su vida en esta posición. Fijaos en que ciertos ghats están reservados a los musulmanes y otros a las mujeres que se asean, aunque la mayoría son mixtos.

Hay que volver a orillas del Ganges, al Dasashwamedh Ghat, al caer la noche, hacia las 18 h, para observar la Puja, ceremonia de culto al Ganges, durante la cual se entonan los cantos sagrados y tiene lugar la ofrenda de la luz al río. Cinco sacerdotes ofician la ceremonia, mirando al Ganges, acompañados de un grupo de músicos. Todo resulta magnífico. Evidentemente, es un espectáculo distinto al de la mañana, pero esta vez bañado de una atmósfera un poco irreal, debida sobre todo a la infinidad de pequeñas velas que flotan en el río sagrado. A esta hora es también cuando las ceremonias de cremación (que tienen lugar de día y de noche) son más impresionantes, sobre todo la 1ª vez.

CREMACIONES

Varios ghats las acogen, pero el más importante es el Manikarnika Ghat (plano II, F4), cerca del cual se halla el puente sagrado de Shiva, donde se lanzan toneladas de frutas, de flores… Atención, no se os ocurra hacer fotos, está absolutamente prohibido (encontraréis postales en el Bharatma Mandir). No os aconsejamos contratar los servicios de un guía para visitar este lugar. Si lo hacéis, tenéis un 75% de posibilidades de ir a parar a la tienda de un vendedor de seda. Siempre reina cierta tensión en los lugares de cremación. Nos han contado que algunos turistas han sido chantajeados por presuntos miembros de la familia del muerto. Por suerte, no es un hecho frecuente. Llegaréis a través de callejuelas oscuras y estrechas, abarrotadas de vacas adormecidas. La familia canta salmos, mientras sigue al difunto. La llegada al crematorio es realmente indescriptible. Hay que verla por la noche. En un plataforma, rodeada en 3 de sus lados por el Ganges, arden unas 10 hogueras. Se dice que aquí el fuego no cesa desde hace varios miles de años. No es una simple frase, es una realidad. Algunos indios sólo conocen la ciudad con el nombre Maha Shmashan Puri, que significa <<el fuego que no cesa jamás>> Las cremaciones cuestan algunos centenares de rupias. Hay que comprar obligatoriamente la madera a personas que están cerca de los ghats y que tienen ese negocio, lo que permite a la policía ejercer un control sobre las cremaciones. En resumen, en Benarés al igual que en otros lugares, no resulta fácil hacer desaparecer un cadáver. ¿Habéis visto las barcas cargadas de toneladas de leños a orillas del agua? Para los aficionados a las cifras, un cuerpo tarde 3 h en quemarse, y se necesitan unos 350 Kg de madera, para asegurar una cremación íntegra. La madera de más calidad (de sándalo) puede costar incluso más de 100 rps el Kg. La menos cara se paga alrededor de 5 rps, pero arde mucho peor (¡el cadáver no se quema por completo!). Cuando un cuerpo arde, se dice que los 5 elementos que lo forman regresan cada uno a su lugar, gracias al fuego. Esta creencia se basa en las escrituras sagradas, el Veda. En un ámbito menos espiritual, tal vez veáis merodear a algunos que acuden a recuperar el oro de los cadáveres (dientes, joyas…). Por cierto, ¿sabíais que el hombre más rico de Benarés es un intocable? ¡Vende la madera para las cremaciones y posee la casa más bonita de toda la orilla del río! Numerosas estelas de sati evocan el sacrificio de las viudas quemadas vivas al mismo tiempo que su marido, de modo más o menos consentido, obligadas por la tradición. Las autoridades británicas pusieron fin a esta brutal práctica en 1829.

La ceremonia de cremación obedece a un ritual concreto: en presencia de los miembros de la familia (aunque las mujeres quedan normalmente excluidas), el primogénito del difunto prende fuego a la hoguera, dando 5 vueltas alrededor. El espectáculo es realmente impresionante; los cadáveres cubiertos por un palo rojo en el caso de las mujeres, blanco para los hombres o, en ocasiones, también amarillo dorado para los ancianos (sin distinción de sexo) se consumen lentamente, entre un olor a carne chamuscada que se asemeja extrañamente al del pollo asado. Toda una hilera de difuntos “esperan” una pira disponible. Se atizan con grandes cañas de bambú, que sirven tanto para aplastar los miembros humeantes, como para apartar a los perros que intentan acercarse. A continuación, se lanzan las cenizas al agua sagrada del Ganges, después de que las almas de los muertos hayan alcanzado el cielo, gracias a la cremación. Solo los sadhus, los recién nacidos, los enfermos que han fallecido por viruela, las víctimas de serpientes y las vacas, todos ellos ya considerados puros, pueden quedar dispensados de esta purificación por el fuego. Son lanzados directamente al Ganges… o a veces enterrados. Si la familia es demasiado pobre y no puede comprar suficiente madera para una incineración completa, el cadáver a medio quemar es arrojado al Ganges, donde los cuervos y los buitres terminarán el trabajo. Más hacia el sur, se sitúa el Harishchandra Ghat (plano I, C3), donde se halla el crematorio eléctrico, con sus 4 pilares sólidamente plantados en el Ganges. Es el lugar de incineración de los pobres, cuyas familias no disponen de los medios para comprar bastante madera para incinerar el cuerpo. El alma del difunto desheredado se dirige hacia el cielo, a través de 2 delgadas chimeneas. Este sistema de incineraciones en serie carece por completo de trascendencia, pero no hay otra opción… ¡ y, además parece que el karma no es tan bueno! Por cierto, el sábado por la noche, detrás del crematorio eléctrico, junto a un pequeño templo, un reducido grupo de hombres suele reunirse para interpretar música y cantar. Buenas vibraciones.

 

 

 

 

GOLDOWLIA CROSSING: (plano II, E4): este cruce y la calle que lo prolonga hacia los ghats concentran, en apenas 300 m, todo el fervor comercial de la ciudad. Decenas de tiendas de saris y de tejidos de todo tipo. A estas tiendas vienen a comprar las mujeres de Varanasi. Los saris se exponen por centenares en las tiendas, la gente se atropella, compara las calidades, lo colores… Encontraréis de todo, desde el banana silk (sintético) hasta las sedas más caras. Aquí acuden a comprar más indios que turistas. Razón de más para echar un vistazo.

 

BAÑOS DE VAPOR Y MASAJES: El Hotel Surya, en el Cantonment, ofrece baños de vapor por sólo 50 rps y masajes corporales por 200 rps. En el Dasaswamedh Ghat se puede recibir un vigoroso masaje de cabeza, cuello y espalda por unas 10 rps.

 

MEZQUITA DE AURANGZEB

Construida utilizando columnas del Templo Bisecar erigido por Aurangazeb, ésta gran mezquita tiene minaretes que se elevan 71 mts, sobre el Ganges, guardias armados custodian el edificio, por cuanto el gobierno Indio quiere asegurarse de que no surjan problemas entre hindúes y musulmanes.

Para llegar a la gran mezquita de Aurangzeb hay que internarse por estrechas callejas, cuyo acceso se cierra de noche con portones, en el barrio del Templo de Oro. Todos los templos hindúes que hay por el camino tienen apostados policías en los alrededores. La mezquita de Aurangzeb está englutida entre los vecinos edificios que dan a la parte trasera del Templo de Oro.

La mezquita de Aurangzeb fue construida a finales del siglo XVII, reaprovechando materiales procedentes del antiguo templo de Vishvanath, arrasado por orden del emperador mogol, que persiguió el hinduismo para implantar entre sus súbditos un concepto muy estricto del Islam. 
   Las cicatrices del histórico conflicto entre hindúes y musulmanes, que alcanzó en la ciudad de Benares su más cruda expresión, todavía no se han cerrado. Periódicamente se producen explosiones de violencia entre miembros de ambas comunidades, que se saldan con gran número de muertos y heridos, amén de casas y tiendas incendiadas en los disturbios callejeros. Cualquier provocación puede servir de excusa para que salte la chispa y estalle la larvada y mutua animadversión entre los extremistas de uno y otro credo. Por ejemplo, arrojar un cerdo muerto en el patio de una mezquita, o unos cuartos de vaca a la puerta de un templo hindú. Si la mayoría de la población es de por sí pacífica y tolerante, y aboga por vivir en armonía con sus vecinos, independientemente de su religión, estos incidentes aislados se encargan de enturbiar la convivencia y crear malestar entre los ciudadanos, que han de sufrirlos impotentes. 
   En los años 90 hubo un recrudecimiento del conflicto a raíz del incidente de Ayodhya, ciudad santa en el estado de Uttar Pradesh. Un grupo de extremistas hindúes derribó en esta población una histórica mezquita, erigida en 1528 por Babar, el fundador del imperio mogol, pretextando que la mezquita estaba levantada sobre las ruinas de un templo hinduista anterior, que era el exacto lugar donde había nacido el dios Rama. La destrucción del oratorio desencadenó una serie de linchamientos y saqueos a lo largo y ancho de la India, y sus ecos aún no se han apagado del todo. Así lo podemos comprobar en Benares, cuyos barrios viejos están tomados policialmente, en prevención de nuevos posibles altercados. 

 

TEMPLO DE DURGA

(plano I, B3), uno de los templos más antiguos de la ciudad, con sus arcadas rodeando el templo central con columnas doradas. Se puede entrar (pero no hacer fotos). Hay que ser discreto. Merece la pena para observar los rituales básicos. Este pequeño santuario construido en el s. XVIII por un maharajá bengalí se encuentra unos 2 Km al sur del casco antiguo. Es de estilo nagara, del norte de India, con una sikhara de varios niveles. Durga es la forma terrible de Parvati, consorte de Shiva, de modo que en las fiestas en su honor suelen sacrificarse cabras. Los no hindúes pueden entrar en el patio pero no en el santuario interior.

 

COMPRAS

Varanasi es famosa en toda India por sus brocados de seda y sus hermosos saris. No obstante, hay muchos mercaderes sin escrúpulos e insistentes comisionistas. Las invitaciones de “venga a mi casa a tomar el té” llevan inevitablemente a la tienda de algún vendedor de seda, donde se presiona al turista para que compre. Véase el callejero de la ciudad de UP tourism, gratuito a través de las oficinas de información, para localizar los emporios y tiendas de recuerdos oficiales.

Al comprar la seda hay que tener cuidado con la calidad. Las mezclas con algodón pueden tener un aspecto muy parecido al de la seda pura para el ojo profano. Es posible pasear por Pilikothi, el barrio musulmán al nordeste de la oficina principal de correos, para ver trabajar a los tejedores.

 Resulta complicado orientar acerca de los precios, puesto que la seda vale lo que el vendedor pueda sacar por ella. No obstante, como referenciaaproximada cuesta de 150 a 600 rps por metro; se puede conseguir un descuento mínimo del 20% si se compran varios artículos. Aunque resulta 3 veces menos cara que en España, una pieza de calidad no es barata. Hay muchas tiendas en la ciudad antigua y en el Cantonment, en la calle que conduce al hotel Clarks de Bazar Road. Sobre todo, tomaos vuestro tiempo para comprar. De una fábrica a otra, los precios pueden quintuplicarse…

Para saber si es seda auténtica sólo hay una forma de saberlo: quemad un hilo; ¡si huele a quemado, es seda! Si las fibras se repliegan en bucles y se pegan por efecto de la llama, es sintética.

Varanasi también tiene fama por sus ingeniosos juguetes y sus caras alfombras bhadohi.

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